miércoles, 26 de diciembre de 2007

Tiempo de soñar, reflexión con banda sonora

Soñemos por un momento que nuestra escuela es un lugar de libertad, un centro inagotable de experimentación y de creación.

Soñemos grandes prados, una mansión enorme, un invernadero, una gran biblioteca, animales, árboles... salas de estar y donde estar todo el tiempo que uno quiera.

Soñemos todas las edades, las personas, los habitantes de la cercana ciudad visitándonos constantemente, mostrando lo que hacen e interesándose por lo que hacemos.

Soñemos que todas las creencias puedan tener cabida, que todas las formas de vida aprendan unas de otras, que no haya ni el bien ni el mal, ni el castigo ni el premio, ni el cielo ni el infierno para nadie.

Soñemos que la ciudad entera gira en torno a la escuela, que actúa como impulsora de propuestas, de los sueños de los demás...

Soñemos que la ciencia está hecha a medida de las personas que viven en la escuela, no siendo éstos quiénes deban hacer grandes y absurdos esfuerzos por acercarse a aquélla.

Soñemos que las disciplinas humanísticas son realmente humanas, partiendo de los problemas e inquietudes reales de cada uno de los miembros de la escuela.

Soñemos que las artes se construyen constantemente, pues la vida misma es arte, es música, es sonido, es expresión... la vida es un lienzo sobre el que expresarnos libremente hasta el final de nuestros días.

Soñemos hacer un mundo mejor, empezando por nuestra escuela.

¿Cuándo empezamos?

FELIZ NAVIDAD



jueves, 13 de diciembre de 2007

El polilla educativo



Uno se entera, así, de rebote... de que a los guardia civiles inexpertos se les envía al sur de Francia, a luchar contra la infraestructura de toda una banda terrorista... Porque, como se indica en este artículo, Fernando Trapero, era todavía un "Polilla", recién salido de su periodo de formación.


Y claro... el equivalente con la educación es bastante obvio.

¿Quiénes se quedan con los peores grupos, los peores horarios, los cargos que nadie quiere...?

¿Con qué derecho reclamamos después resultados?

Cada día, en la práctica totalidad de los centros educativos, hay un polilla educativo que se va muriendo, se va quemando por culpa de la insolidaridad, la soledad, la desidia y la fuerza de un sistema que te lleva con camisa de fuerza y en volandas, como en una riada catastrófica.

Cada día hay un polilla que se muere en un centro educativo porque se convierte en muerto viviente... y viene al centro a morir cada día (véase esta entrada antigua).

Y mientras tanto, ¿quiénes son los más perjudicados?

Como dice Miguel Ángel Santos Guerra, la única diferencia entre un cadáver y un cadáver educativo es que este último "no huele", pero ¿hay algo peor que no querer aprender nada a lo largo de la vida de una persona? ¿hay algo peor que el rechazo a todo tipo de conocimiento?

Tal vez podría ser (en otro mundo, en otro universo educativo) que enviásemos a los más dotados, los más preparados, los DE VERDAD innovadores, los DE VERDAD comprometidos... para atender a los que más los necesitan: los alumnos y alumnas que no son de clase media, ni blancos, ni católicos, ni varones, ni españoles...

Debería ser, del mismo modo, un guardia civil preparado, especializado, con años de experiencia y formación en el tema y sobre todo muy bien pagado quien fuera al sur de Francia para luchar contra ETA. ç

NUNCA OTRA PERSONA...





NO MÁS CADÁVERES DEL TIPO QUE SEAN



jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Qué desea tomar?

Lo de los espacios de paz, bi-tri-cuatri-lingüismos, multiordenadores, deportes, aperturas y coeducaciones se parece cada vez más a una especie de PROYECTOS A LA CARTA, en los que solamente se puede pedir lo que la amplia carta del Restaurante de la Administración nos permite elegir.

Imaginemos la situación...

Administración (Ad.) - ¿Qué desea ustéd tomar?

Centro educativo (Ce.)- Desearía una ración de lomo a la plancha

Ad. - Verá... es que eso me temo que va a ser imposible

Ce.- Pero ¿por qué? Es bastante habitual el lomo a la plancha. No le he pedido ostras, caviar, ni carne de pato con relleno de avestruz... Creo que no estoy pidiendo nada del otro mundo.

Ad.- Pues sí... probablemente será así, pero es imposible que le traigamos lomo a la plancha. Aquí solamente ofrecemos pescado. Eso sí, una gran variedad y calidad de pescado y marisco: gambas, chipirones, cazón, chopitos, merluza, bogavante, centollo, mero, gallo... y alguno más que ahora no recuerdo. ¿Le traigo la carta?

Ce.- Es que... hay un pequeño problema... mi médico dice que tengo alto el ácido úrico, y que no es conveniente que tome pescado, aunque sea de gran calidad, ya que mi salud peligra.

Ad.- Pues siempre puede usted ir a otro restaurante.

Ce.- Sí... si fuera así de fácil, pero no hay otro restaurante disponible hasta el pueblo de al lado, y mi empresa me obliga además a comer aquí a diario.

Ad.- Pues ustéd dirá.

Ce.- Bueno... no sé... tráigame unas almejillas y las pruebo... Total, eso no tiene mucho alimento, espero que no me sienten mal..


(Después de un rato)...

Ce.- Mmmmmm... Era cierto que su pescado tiene una gran calidad, pero... me encuentro algo mareado y me duele el dedo gordo del pie. Intente traer carne para mañana, se lo ruego. Debo comer aquí durante 16 años.

Ad.- Ya sabe usted que eso que pide es imposible. Además, con la calidad que tiene nuestro pescado... Déjelo en nuestras manos, nosotros sabemos lo que es conveniente para usted, hasta mañana.

(Y así fue pasando el tiempo y la salud del cliente se iba agravando, mientras que el restaurante nunca ofreció otra cosa que no fuera pescado... Finalmente, el cliente falleció, no a los 16 años... duró un par de años más hecho polvo, sin siquiera fuerzas para acudir al resturante).


Leyenda aclaratoria:

El restaurante es la administración, el cliente es el alumno (y el profesorado, y los centros que conocen sus propias necesidades), la carta son esa serie de proyectos muy buenos y muy necesarios pero que no se adaptan a la realidad de cada centro educativo. Dan muy buena fama al restaurante, nada más. No nos dejemos morir...



------> Ya puestos, podríamos poner las aulas así.
Resultaría menos hipócrita.





lunes, 27 de agosto de 2007

¿Todo vale en la escuela?.... mmmmm.... todo no, pero casi


Es muy común que la pregunta "¿todo vale en la escuela?" se escuche entre el profesorado, entre familias miedosas, entre políticos ansiosos de gloria, entre tertulianos sabelotodos de desayuno y sobremesa, entre expertos en casi nada...

¿Todo vale en la escuela?

¿Nos gustaría probar nuevos métodos de aula, nuevos contenidos, nuevas formas de organización?


(Innovadores métodos los de la Enciclopedia Álvarez,
tal como los de ahora... salvo por el color de las páginas
y por su coste económico... ¡Ay, no, si ahora estos métodos se
consideran tan buenos que los subvenciona el estado...
los libros son gratis!)



¿Nos gustaría que nuestros hijos se educaran en el mismo tipo de escuela en que fuimos todos nosotros educados?

¿Nos gustaría subir el rendimiento académico no solo de nuestros hijos blanquitos, varones, de clase media, cuya única preocupación es pasarse la siguiente pantalla del juego de la "play-station"... sino de todos los niños y niñas, sea cual sea su procedencia o condición?

¿Nos gustaría que hubiese un auténtico diálogo entre el profesorado y las familias, trabajando codo con codo, aunando esfuerzo, imaginando posibilidades...?

¿Nos gustaría que la escuela se adaptase a las necesidades reales (no las que cuentan en el telediario) de nuestra sociedad?

¿Nos gustaría ver a niños y niñas entrando y saliendo felices de la escuela, lugar donde se compartiera y se disfrutara, a la vez que se aprende?

¿Nos gustaría que cada vez el mundo fuese mejor gracias a la educación, y se extendiera una auténtica democracia y una auténtica participación de todas las personas, adultos y niños, occidentales y no occidentales, hombres y mujeres, ricos y pobres (que los hay, por más que nos engañemos)?

¿Nos gustaría todo esto?

Entonces... ¿Vale todo?

Claramente... ¡Sí!... o... casi todo...

VALE TODO SALVO LA TRADICIÓN, LA DESIDIA, LA COSTUMBRE, LA IMPOSICIÓN, LA EDUCACIÓN HEREDADA DE LA CULTURA DEL FUNCIONARIADO Y DEL FRANQUISMO

¡Salvo lo que hoy comúnmente existe... VALE TODO!

martes, 14 de agosto de 2007

Te echaremos de menos, Fernando

Querido Fernando:

En junio te fuiste de nuestra escuela, después de mil años, para no volver, y lo cierto es que no tuvimos ocasión de hablar y contarte todo lo que, en mi opinón, esta escuela y estos humildes compañeros te debemos.
Sirva este mensaje de homenaje y despedida.

Echaremos de menos:
  • Tu frase "estoy hasta los cojones", nada más llegar a la sala de profesores, en cualquier situación, sin necesidad de que viniera a cuento.
  • Tu otra frase "estoy harto de que se nos eche la culpa de todo", cuando nadie había echado la culpa a nadie de absolutamente nada. Normalmente esta frase terminaba con "la administración también debería..."
  • Tu otra frase "esto no vale para nada", refiriéndose a cualquier cosa que cualquiera hacía en la escuela, sobre todo si se trataba de una innovación.
  • Tu reciente frase "este no es el cortijo de nadie"... y digo yo, ¿de quién era el cortijo, Fernando?
  • Esa negativa a cualquier cosa que supusiera un mínimo esfuerzo de puertas para afuera del aula, ya fueras tú o cualquier otro compañero y compañera del centro quien lo hiciera. Incluso actividades arraigadas en la escuela que todo el mundo valoraba, tú no las veías con buenos ojos. Tú sabrás el porqué.
  • Esa campaña desleal y sucia que hacías con el alumnado en favor de tu asignatura y tu persona, y en contra de otras personas, otras posiblidades, otras asignaturas.
  • Ese victimismo con que te ganabas a gran parte del claustro y equipo directivo, que realmente te funcionó en más de una ocasión.
  • Esa forma de no defender alumnos o alumnas que tenían un 4,5 en un examen final y de ello dependía que repitiesen curso o no... y repitieron.
  • Esa obsesión por cumplir el temario a toda costa, como si de ese modo se demostrase que uno es mejor profesional. Poco te importaba dejarte alumnos y alumnas por el camino. Bastante poco.
  • Esa manera de intervenir en las reuniones, esperando a que todo el mundo expusiera su postura para tú después dar el hachazo final y mostrarte en desacuerdo beligerante (no dialogante) con todas las opiniones.
  • Eso de no decir las cosas en la cara, sino en corrillos y haciendo campaña a favor o en contra de lo que te interesara en cada momento. Muy profesional por tu parte. Y muy cínico también.
  • Esa hipocresía que salía a relucir cuando utilizabas frases como "estos pobres niños lo que necesitan...".

Por esto y probablemente por otra docena de cosas más, querido Fernando, te tengo que decir con lágrimas en los ojos que, por favor, si te has ido...

no vuelvas más.


Besitos.




jueves, 9 de agosto de 2007

¿Son ciudadanos los religiosos, o los de derechas?

Primero... siento enormemente este parón vacacional, que no ha sido realmente a causa de las vacaciones, sino de un desánimo y una actitud de desidia hacia todo lo que tuviera que ver con mi escuela (nunca la escuela, en general). Ya superada dicha actitud, cual ave Fénix, retomo polémicas e iniciativas con más fuerza que nunca.

Quisiera hacer algunas precisiones respecto a la polémica "Educación para la ciudadanía". Como es sabido por quienes hayan leído otras entradas de este blog, me gusta echar mano del Diccionario de la Real Academia, ya que el lenguaje estructura nuestro pensamiento y siempre es bueno clarificar términos para saber de qué estamos hablando.


Dice el Diccionario:


- Educación:

(Del lat. educatĭo, -ōnis).

1. f. Acción y efecto de educar.

2. f. Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes.

3. f. Instrucción por medio de la acción docente.

4. f. Cortesía, urbanidad.


- Ciudadanía:

1. f. Cualidad y derecho de ciudadano.

2. f. Conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación.

3. f. Comportamiento propio de un buen ciudadano.


- Religión:

(Del lat. religĭo, -ōnis).

1. f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

2. f. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.

3. f. Profesión y observancia de la doctrina religiosa.

4. f. Obligación de conciencia, cumplimiento de un deber. La religión del juramento.

~ católica.

1. f. Confesión cristiana regida por el Papa de Roma.



Nota: elíjanse dos de las palabras, y combínense del modo en que se desee. Las tres juntas parecen ser incompatibles.


----> No hay más que verlos: son un claro ejemplo de ciudadanos democráticos, libres, que creen en la igualdad de género, antijerárquicos, dialogantes, racionales, no homófobos, no clasistas... verdaderos ciudadanos COMO DIOS MANDA.





Me gustaría, además, añadir un par de elementos de juicio.


El primero se refiere a lo desagradecida que quizá esté siendo la iglesia católica española con respecto a un estado que, a pesar de declararse aconfesional, le mantiene grandes privilegios en educación.


El segundo es, en mi opinión, aún más grave (pues con la iglesia, ya se sabe, "hemos topado"): ¿quiere la derecha española desvincluarse del concepto de ciudadanía? Si es así, manifiéstenlo abiertamente, declarando que la derecha no cree en esta idea, en este término. Si lo consideran de interés, admitan la necesidad de esta asignatura y a partir de ahí dialogamos sobre su contenido.


En cualquier caso, yo tendría bastante claro si tuviera que elegir para mi hijo o hija entre ser ciudadano o ser religioso.

¿Ustedes qué opinan?

jueves, 7 de junio de 2007

El grial es la palabra


"Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los ojos para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra".

(Blas de Otero)




No lo olvidéis... "El grial es la palabra"... esa misma que otros utilizan para difamar, acosar, desmotivar y anular cualquier atisbo de vida y esperanza. Esa misma que nosotros alzamos para que cada vez haya menos cadáveres educativos...

Siento enormemente actualizar tan escasamente este blog. Motivos y motivaciones siempre hay, aunque tal vez escaseen en los últimos tiempos.

Abrazos a esos ciberprofesores que creen en las personas que tiene delante.

Cientos de maldiciones para el resto.

AMEN.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Mil y una vidas (II)

El ritmo de los tiempos y los últimos acontecimientos padecidos me obligan a cambiar el tono.

La entrada de hoy puede herir la sensibilidad de cualquier profesor o profesora corporativista, funcionarial o simplemente sin ganas de trabajar (¿alguien conoce alguno?):

Mil y una vidas para aprender, afirmaba un servidor de ustedes en la entrada anterior.

Mil y una vidas también para maldecir, para denunciar, para no dejar respirar, para no bajar la guardia, para la lucha encarnizada, para desesperarse y gritar y llorar y dar puñetazos en la pared o en la mesa, según se tercie.

Mil y una vidas para denunciar todas esas injusticias y negligencias que día a día el profesorado comete, a veces con buena intención... la mayoría de las veces deliberadamente.

Mil y una vidas para denunciar la falta de esperanza, la desidia de todo un sector del profesorado responsable de esos "ciudadanos del futuro", nuevos trabajadores de la nueva sociedad del siglo XXI.

Mil y una vidas para denunciar la envidia de muchos que ahogan la ilusión de los pocos.

Mil y una vidas para reclamar el derecho a la diferencia, a ser minoría, a nadar contracorriente, a una democracia real y justa en el centro educativo.

Mil y una vidas para maldecir a los inspectores siervos de la Ley Divina del Político, siervos del "aquí no pasa nada", del "todo va bien" y del "hemos conseguido..." Perros sin cadena recién recogidos de la protectora de animales, deben todo su ser a su amo, incluyendo lamer zapatos y cagarse cuando les ordenan.

Mil y una vidas para todo el que se cree que por ser director, secretario o jefe de estudios adjunto de un centro de segunda categoría se considera capaz de dirigir el destino del universo.

Mil y una vidas porque nunca... nunca... apaguen la llama que nos mantiene, la ilusión, la idea de que otra realidad es posible y mucho más al alcance de lo que parece.

Oidme bien, soy la voz que clama en el desierto, seguiré siendo siempre vuestra peor pesadilla...


¡¡¡¡¡ Uuuuuuuuuuh !!!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Soy el fantasma del trabajo !!!!!!!!!!!


Solo deseo a todo este profesorado que otros profesores hagan con sus hijos lo mismo que hacen ellos con sus alumnos.

AMEN

jueves, 19 de abril de 2007

Mil y una vidas (I)

Los días se van. El tiempo se escapa.

Necesito diez o quince vidas para visitar todos los rincones del mundo, para conocer a todas las gentes del mundo, para hablar con ellos y con ellas y conocer sus costumbres, su forma de vida, sus problemas, sus inquietudes, sus habilidades... para dialogar...

Necesito conocer todas las formas de expresión del ser humano, todas sus formas de relacionarse, todas sus formas de comunicarse. Necesito su música, su arte, su inspiración...

Me harían falta siete u ocho siglos para empaparme bien de la ciencia, las humanidades, las habilidades y el movimiento, y alcanzar a explicar por fin algún hecho por completo.

Por favor... el tiempo apremia, y lo que tenemos delante cada día son personas que nos necesitan, que nos escuchan, que empiezan a compartir, a dialogar y a vivir.

Sigamos aprendiendo y hagamos que los demás sigan aprendiendo...

Es el mejor regalo que les podemos hacer...

Merece la pena intentarlo...

Desde YA...

jueves, 5 de abril de 2007

Independence day

En donde yo vivo hay un hombre, toda una personalidad, que creo merece una especial atención y mención en este rincón virtual.

Este vecino mío se define a sí mismo como un auténtico defensor de los "valores de occidente". Tanto y tan fuerte defiende estos valores que, cuando un día vino la televisión a hacer una encuesta de esas que te ponen la alcachofa en la boca y te preguntan la primera chorrada de primera plana del telediario de turno, el buen hombre aprovechó para declarar que "lo de la inmigración hoy en día es una auténtica invasión, esta gente está echando abajo los valores de occidente... países que no tienen moral, que no creen en los derechos humanos nos están imponiendo sus puntos de vista antidemocráticos, con el trabajo que ha costado a nuestra civilización ser tan avanzada... quiero mostrarme públicamente en contra de la interculturalidad".

El corro de vecinos que saltaba, intentando chupar cámara, entusiasmados porque "la tele ha venido al barrio" guardó un repentino y sepulcral silencio. Y la pobre periodista, probablemente mucho más afín al "Tomate", "el estatut catalán" y otras chorradas similares, no pudo evitar la mirada desencajada y sonrisa falsa mientras afirmaba "muy interesante su aportación". Nunca nadie vio su declaración en ninguna parte. Menos mal, debo añadir.


Señores de la OTAN, del Pentágono, de la Administración Bush... ¿no son conscientes ustedes de lo que se están perdiendo? ¡Hay un españolito medio, moreno, bajito, de piel oscura... que habla en los mismos términos que ustedes! ¡Lo que se están perdiendo, otro que dice que hay que salvar a la humanidad de los extraterrestes, como en "Independence day"!

En su día no me atreví, como tampoco la ONU con Estados Unidos, a plantar cara a mi vecino públicamente (tal vez eso sí hubiera salido en la tele), pero ahora me gustaría lanzarle algunas "preguntas al azar" (como diría Mario Benedetti):

  • ¿Es España un país de "pureza occidental", o se formó a partir de la mezcla de culturas?
  • ¿Cuántas palabras, adelantos, comidas e ideas árabes permanecen en nuestra historia española?
  • ¿Cuántas dinastías, culturas, invasores... ha tenido España? ¿diez? ¿veinte?
  • ¿Cómo se construyó y se construye la civilización occidental? ¿repartiendo caramelitos y bienestar? ¿o a base de sangre, guerras y sumisión? ¿hay en la historia vecedores y vencidos?
  • ¿No es el neoliberalismo occidental el que mantiene las condiciones de vida y trabajo en el llamado "tercer mundo"?
  • ¿Qué culpa tienen las personas que vienen a España de los regímenes de sus respectivos países, si precisamente vienen huyendo de ellos?
  • ¿No es acaso la religión la única válvula de escape de las multitudes oprimidas? ¿no es la religión un arma más del poder? ¿no ha sido y sigue siendo así en nuestro mundo civilizado y occidental? ¿es que la religión occidental ha sido pacífica, igualitaria y democrática?
  • ¿Esta democracia nuestra cuenta de verdad con las voces de todos y todas? ¿o se está reduciendo cada vez más a repartir las migajas del pastel neoliberal y capitalista? ¿acaso no se está convirtiendo en un gesto casi simbólico de echal un papel en una urna cada cuatro años?
  • ¿De verdad tenemos todos iguales derechos dentro de nuestra súper-civilización?

En fin... se me ocurrirían muchas más preguntas, muchas más ideas, pero me gustaría acabar con un pequeño detalle... insignificante...

mi vecino es...

profesor...

de historia...

en niveles obligatorios...

lunes, 2 de abril de 2007

Canción obvia


Escogí la sombra de este árbol para
reposar de lo mucho que haré,
mientras te espero.
Quien espera en la pura espera
vive un tiempo de espera vacío.
Por esto, mientras te espero,
trabajaré los campos y
conversaré con los hombres.
Sudará mi cuerpo, que el sol quemará;
mis manos se llenarán de callos;
mis pies aprenderán el misterio de los caminos;
mis oídos oirán más;
mis ojos verán lo que antes no vieron;
mientras te espero.
No te esperaré en la pura espera
porque mi tiempo de espera es un
tiempo de quehacer.
Desconfiaré de quienes me digan,
en voz baja y precavidos:
Es peligroso hacer.
Es peligroso hablar.
Es peligroso andar.
Es peligroso esperar, en la forma en que esperas,
porque esos niegan la alegría de tu llegada.
Desconfiaré también de quienes vengan a decirme,
con palabras fáciles, que ya llegaste,
porque ésos, al anunciarte ingenuamente,
antes te denuncian.
Estaré preparando tu llegada
como el jardinero prepara el jardín
para la rosa que se abrirá en la primavera.


PAULO FREIRE
Ginebra, marzo de 1971

sábado, 24 de marzo de 2007

En ocasiones veo muertos

Pudiera parecer que lo que hoy escribo es un relato de terror, un relato de esos que tiene lugar cerca de algún cementerio, con muertos vivientes y todo tipo de horrores, donde uno llega un momento en que no se distingue lo que es y lo que no es real.

Como todo buen relato, éste tiene lugar en un centro educativo... ¡perdón! quise decir en un cementerio... debe ser el subconsciente. Y al igual que algunos grandes ejemplos del género, todo comienza cuando a los muertos no se les deja en paz, esas personas que vienen a morir día tras día junto a nosotros, vigilándonos tras de la puerta, acechándonos detrás del espejo, cuando nos damos la vuelta, al final del pasillo oscuro de nuestro Centro... ¡perdón, de nuestra casa!


Aparentemente son como nosotros, solo que generalmente algo más mayores. Algún caso también hay que murió joven, pero con la alta esperanza de vida de nuestra sociedad del bienestar occidental, casi todos ellos rondan los 50 años de edad... ¡perdón, quise decir 80!



------->
Compañeros en un pasillo cualquiera de
un Centro Educativo (¡Perdón, muertos
vivientes de un Cementerio!,
qué cabeza la mía)








Son los encargados de vigilar nuestra alma, de custodiar nuestra entrada en el paraiso, del futuro de la humanidad, pero cuando alguien osa molestarlos o redireccionar el destino de nuestro Centro Educativo... ¡perdón, de nuestro cementerio!... cuando alguien introduce en sus conjuros diarios la palabra INNOVACIÓN... ¡perdón, quise decir SATANÁS!... cuando alguien incumple de ese modo la Ley Divina del Funcionariado... ¡perdón, quise decir de Dios!... cuando alguien osa divinizar algún mortal (llámese familia, administración... o mucho peor... ¡alumnado!)... cuando uno hace ofrendas a Satán-Innovación y desoye la voz de sus difuntos (esto es, compañeros), aun aspirando a que le dejen en paz, que le dejen adorar a quien quiera, que le dejen "estrellarse" (según ellos), en decisiones que aparentemente no tienen nada que ver con los difuntos, siendo competencia únicamente de los mortales... Cuando todo esto sucede...

LAS ALMAS DE LOS MUERTOS LE PERSEGUIRÁN DE POR VIDA....

(Risa malévola... ¡Mua-ha-ha-ha-ha-háaaaaaaaa!)

A los muertos hay que dejarlos en paz, como dice un amigo mío en que a menudo me inspiro... pero ¿qué pasa cuando uno se encierra en su aula a esperar que el chaparrón pase y aún así la Justicia Divina toca a tu puerta? ¿qué pasa cuando uno no propone ni dispone ni hace conjuros, sino que aspira a vivir con sus mortales del aula para adentro?

Hubo un día en que unas cuantas personas nos pusimos en contacto con los muertos para hacerlos reflexionar... pero la reflexión no es lo mismo que el destino, ni lo divino necesita la reflexión, por lo que el conjuro falló.

Y desde entonces padecemos la maldición de los muertos vivientes... día a día... hora tras hora...

Pero digo yo... si nosotros no proponemos, ni disponemos, sino que totalmente asustados e impresionados por apariciones y manifestaciones espiritistas anteriores nos encerramos en nuestro aula...

¿A quién se le ha aparecido SATÁN-Innovación en más ocasiones?

¿Quién ve muertos donde no los hay?



martes, 20 de marzo de 2007

Poemas que escupen verdades como puños


Hace mucho que no discuto sobre religión ni política,
todo lo puedo resumir en...

De todo lo que suene o apeste a fascismo,
guerra preventiva, violencia por violencia,
falta de diálogo y no sentirse cómodo al perder ni al callar,
en mí produce un terro nauseabundo
que me irrita y me trae a la memoria
la historia del dolor de civilizaciones muertas
y me hace ver de la guerrilla la más bella esquizofrenia.

Todo lo que quiero ser y donde quiero estar
es entre los que traten de hacer del interés
un juego de curiosidad y nunca de egoísmo,
derrotar al mundo material sin negar lo humano,
no servir a nadie, ser generoso sin esperar cambio,
abolir el clasismo con la educación y la contracultura,
y dejar que los niños y los ancianos sueñen
para cambiar la rígida madurez por una madura vital ilusión
que construye el mundo que nunca jamás debimos perder
donde la unión de humor y melancolía
derrota a los dioses para convertirlos en humanos.

Para los que digan "¡menuda utopía!"...
yo no he dicho nunca que fuera fácil,
de hecho no lo es por culpa de los que nunca la soñaron llenos de coraje.



(Poema de mi queridísima amiga Almudena Pemán, hija no reconocida del ilustre poeta D. José Mª Pemán. Un beso, Almu. Nos vemos siempre).


lunes, 12 de marzo de 2007

Algo se mueve en su interior



Llevo algunos (bastantes) días sin actualizar por encontrarme demasiado ocupado con cuestiones puramente educativas, referentes a la teoría, metodología y práctica... créanme, aunque no me vaya a centrar en eso ahora.

Hace unos días tuve la oportunidad de compartir un espacio de tres horas con un grupo de ocho alumnos y alumnas de cuarto de ESO, niños y niñas de 15 y 16 años. Se trataba de un espacio de tres horas en que no estábamos en clase y lo único que teníamos que hacer era pasar el rato. Y lo cierto es que fueron algunos de los mejores momentos del curso.

Dos o tres de ellos hablaban del mercado de la música y el capitalismo, ya que tienen un grupo de rock, y el tema les afecta; otros dos (un niño y una niña) hablaban de problemas reales y graves de personas del instituto, malos tratos inclusive; otras dos niñas (y otro niño y un profesor momentáneamente) comentaban que si cómo surgió el universo, que si de dónde venimos, que si habrá muerte, que si existe el alma, que si compartiéramos un poco entre todos el mundo sería mejor... En conjunto, toda una lección de filosofía y valores.

¿Promocionamos estas actitudes en el aula? ¿conocemos realmente el profesorado las reflexiones de nuestros alumnos y alumnas? ¿valoramos sus aportaciones? ¿nos parecería adecuado hacerlo? ¿nos interesa lo que dicen?




---> Conversación cotidiana y trascendental entre profesores: "Oye, compañero, tenemos una hora entera para administrativamente ponernos de acuerdo y presentarle al inspector la respuesta a esta pregunta: ¿qué sexo tendrá este ángel?"



Probablemente nos encontramos tan atareados en averiguar el sexo de los ángeles, los contenidos procedimentales y actitudinales de las materias transversales y otras inutilidades similares, que se nos olvida la realidad: las personas que nos rodean (incluyendo en el concepto de "personas" al alumnado) tienen las mismas necesidades que nosotros, reflexionan igual que nosotros (en algunos casos, mejor) y obtienen conclusiones que aunque no generalizables les sirvan a lo largo de su vida (tal como hacemos la mayoría con nuestra "filosofía y educación en valores cotidiana", que solemos practicar).

Algo se mueve en su interior... solo hace falta tener ojos para ver, oídos para escuchar y un potente fonendoscopio que nos deje alguna vez que otra estar próximos a su interior, dialogar y atender sus necesidades.




domingo, 18 de febrero de 2007

Sobre cómo cuantificar el alma

Querido y anónimo lector:

No sé si le interesará demasiado esta información, pero ahora mismo, en estos momentos, cuando son las diez menos cuarto de la noche me encuentro un 70 % cansado, pero un 80 % feliz, un 60 % dándole vueltas a la cabeza y un 100 % distraido. Eso sí, que también me encuentro un 90 % indignado con bastantes cosas que veo en mi escuela y un 50 % esperanzado en el cambio, además de un 30 % triste por ello y un 20 % decepcionado por algunas personas. Hay días que esa decepción llega al 100 % y días en que me encuentro un 90 % feliz (nunca se está feliz al 100 %) porque el mundo gira adecuadamente. Tengo un 5 % de ira hacia mis compañeros (a pesar de todo) y a ratos llego a tener un 80 % de enfado con mis alumnos y alumnas.

Si hacemos una media de todo ello resulta que tengo un 6,45 sobre 10. No sé muy bien lo que significa, pero me alegro al menos de estar aprobado. Es más, si me lo trabajo un poco, podría llegar al notable.

El otro día decía un compañero (paradójicamente, de matemáticas) que eso de tener en cuenta el progreso, las actitudes y el nivel de partida está muy bien... pero "¿cómo lo cuantifico?", decía él.


Habitualmente, lo que hacemos es evaluar con un examen, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Incluso yo que nunca hago exámenes sí los hago cuando me los piden los alumnos, así que ni siquiera yo podría apedrear (me quedo con las ganas).
Y con un examen lo que hacemos es poner un número a algo tan sumamente abstracto e impreciso como es el aprendizaje humano, el avance o no de los esquemas mentales de la persona que tenemos delante. ¡Casi nada!

¿De verdad creemos los profesores que estamos siendo justos cuando pedimos las mismas cosas a todos a la vez? ¿de verdad nos creemos tan hábiles en nuestras preguntas y tan exactos en nuestro modo de desenvolvernos en el aula que consideramos este sistema infalible?

Dudo mucho que incluso el mejor de los psicólogos o psiquiatras consiguiera medir avances humanos con una sola prueba (no hablo de la inteligencia, claro está, que es otra cosa muy distinta).
Es curioso que un profesor próximo a jubilarse tenga problemas serios al cuantificar conductas. Dice mucho no solo de él, sino sobre todo del sistema, que luego exige pruebas objetivas, documentales, datos, cifras de aprobados y suspensos... y eso es lo único que llega a la opinión pública. Yo siempre digo a mis alumnos que lo de poner una nota me resulta muy incómodo (¿quién soy yo para poner nota al aprendizaje de una persona?)

Queridos lectores, aún a riesgo de resultar entrometido, les cuento mi propuesta: ¿qué tal si escuchamos la voz del alumno que evaluamos junto a la de sus compañeros y junto a la del profesor? Si los tres están de acuerdo en una calificación, seguramente ésta será la más justa. No partiendo del "status" de profesor o de alumno, sino de los argumentos.


PRUEBEN USTEDES, LECTORES PROFESORES preocupados por lo cuantificable.

Un único apunte: me encuentro sólo un 50 % esperanzado en que lo pruebe. Anímense, a ver si subo la nota.

viernes, 16 de febrero de 2007

Tienen algo que decirnos


Esta debería ser la primera premisa de cualquier docente: convertirse en un activista de la escucha, defendiendo a ultranza la necesidad de escuchar al otro, sea quien sea, padre, madre, vecino, experto o alumno. Mucho se podría decir sobre las formas y maneras de escuchar, pero hoy me centraré en nuestros niños y niñas.

Hace unos días escuché decir a una Jefa de Estudios que "los niños de este año son muy activos, muy participativos, hacen muchas propuestas por sí mismos", a lo que una madre que había a mi lado me dijo en voz baja: "siempre lo son, lo que pasa es que hay que saber escucharlos".

Lo que esa Jefa no sabía es que había una profesora que escuchaba esas propuestas y que les permitía dar rienda suelta a su imaginación y sus intereses. Pasa tan desapercibido lo que hacemos en el aula que a veces pareciera que las cosas vienen por generación espontánea o "porque la genética los hizo así". Nunca sucede de este modo. Hay una intención en todos nuestros actos y también la hay cuando únicamente proponemos "hacer la actividad 1, 2 y 3 de la página 21" o "¿qué podemos hacer a este respecto? ¿qué se nos ocurre?" En el segundo caso es cuando vienen las sorpresas.

Una gran parte de mi actividad docente se basa en lanzar esta segunda pregunta al alumnado, y los resultados son impresionantes... lo que no significa que el profesor no pueda proponer... no solo puede, sino que debe... pero de modo igualitario y dialogado, negociando y ayudando después en todo lo que pueda, facilitando, asesorando... pero sobre todo partiendo de una premisa: ESCUCHAR AL PRÓJIMO, aunque éste sea una personita de 12, 14 ó 16 años. Tienen algo importante que decirnos. Siempre.


sábado, 10 de febrero de 2007

Desde el silencio

Hoy me doy cuenta de nuevo de que la gratitud, motivación y criterio del alumnado existen. Sí, sí, han escuchado bien, ese mismo alumnado de Secundaria que tiene la culpa de todos los males de la sociedad en cuanto a violencia, drogas, acoso, fracaso, desmotivación... Ese alumnado que necesita aulas de castigo, mediadores, expertos en todo, tratar la ciudadanía como algo independiente al resto de su vida, ese alumnado que necesita la religión porque al final Dios es lo único que queda... Ese alumnado sabe distinguir lo bueno y lo malo que se le da cada día desde el aula.

Ha ocurrido que dando una vuelta por internet me he encontrado de repente y por pura casualidad (creánme) con el blog personal de la típica adolescente de 15 años, y entiéndase aquí la palabra "típica" de la forma más dura e irónica posible: esa niña que está peleada con el mundo, constantemente enamorada pero no correspondida, que suspende casi todo, que se pelea con algunas compañeras... Esa niña había colgado en el blog el texto de una canción en inglés que estuvimos trabajando en clase.

----> (La luz al final del túnel,
vida después de la muerte)












Cuando un alumno o alumna nos pide que le demos la referencia de un CD o una película (o que le hagamos una copia), nos pide una fotocopia de un texto, nos solicita un libro, nos pide volver a hacer ésta o aquélla actividad... en esas situaciones uno descubre que hay vida después de la muerte. El problema está en quienes tienen asumidísima la muerte y vienen habitualmente al Centro Educativo a morir. Tema escabroso donde los haya: a los muertos hay que dejarlos en paz.


Con ese mismo afán de búsqueda será como alcanzaremos la conexión con la adolescencia, conectando unas veces, otras discutiendo, reflexionando, proponiendo, participando... y sobre todo... teniendo en cuenta que lo que tenemos delante son PERSONAS con vidas propias e independientes, futuros que se van construyendo desde la incertidumbre del presente. Propiciémosle a estas personas que conviven con nosotros las máximas posibilidades desde el ruido de nuestras aulas y desde el silencio de su reconocimiento.


viernes, 2 de febrero de 2007

Gracias por todo

Compañera del alma:

Hay momentos, como los que últimamente hemos vivido, en que uno no sabe muy bien cómo comportarse, a quién dirigirse, en qué ampararse o cómo desenvolverse en esta jungla educativa, donde los peligrosos no son nunca los cachorros (por muy agresiva que sea su especie), sino los grandes y viejos depredadores, expertos en el arte de la guerra y perv
ersos de tanto mundo andado.

Para todos ha sido y es difícil elevar propuestas cuando tu voz es (si me permites la alusión bíblica) aquélla que clama en el desierto. O mucho peor, cuando hay toda una serie de personas cuyo único oficio es procurar que tu voz no se oiga.


Por eso tu contribución ha sido y es crucial. Porque de nuevo vienes a demostrar que con el trabajo bien hecho y el buen hacer es como se sale de todas las situaciones, y porque de nuevo vienes a recordarnos que el motivo por el que nos levantamos todos los días a las siete es también para pagar facturas... pero sobre todo por los chavales.

Ellos son el centro, el origen y el fin de nuestras acciones. Ellos son, por tanto, quienes pueden sacarnos de cualquier situación, quienes pueden inyectarnos esa vacuna que tanto necesitamos contra la desidia. Tú y solo tú has sido quienes nos llevaste ante ese remedio, poniéndolo de manifiesto con tu propio e
sfuerzo y con la simple (y no por ello menos difícil) práctica educativa. Sin grandes discursos ni grandes aspavientos. Sin ruido pero con firmeza.

Porque la alegría de los niños, los jóvenes, los adolescentes, y la de los profesores que trabajan codo con codo, conscientes de que el cambio, la innovación, la búsqueda es algo continuo que nunca acabará... porque la espectación de un público (sea cual sea) entregado a esa labor que en silencio realizamos y dignificamos, porque la ilusión y el éxito están (de nuevo) en las cosas pequeñas, en esas que nadie ve y nosotros veíamos. Y que tú nos has recordado.

P0r eso... porque las buenas prácticas son la base de todo, ya sean curriculares o extraescolares, de convivencia, interculturales, de valores o para materias instrumentales, ya se trate de música, danza, teatro, deporte, idiomas, viajes, museos... dentro o fuera del aula... si son educativas da
igual donde sean, con quién sean y de qué se traten.

Por todo eso que has venido a recordarnos, proclamando la realidad, a través de la voz y la ilusión de niños y niñas.

Muchísimas gracias, querida amiga.

Nos vemos el lunes, de nuevo.

sábado, 27 de enero de 2007

Cuando solo nos queda el aula

A veces hay días en que uno se encuentra perdido en este universo de pretensiones, objetivos, discursos y vanidades.

A veces, algunos días dejaría uno el mundo correr y que las torres se calleran por sí solas, siendo como es ese su inevitable destino.

Es imposible mantenerse contracorriente. Es imposible sobrevivir erguido con tantas cosas a la espalda.

Esos días uno tira la toalla de reencontrarse con algún objetivo común, con alguna utopía del prójimo, con algún sueño por alcanzar junto al resto del mundo.

Por eso algunos días renovamos nuestro oficio y volvemos al origen:

solo nos queda el aula...

y no es poco...

lunes, 22 de enero de 2007

Yo y el expertismo



Sí, sí... esta vez creo que me he inventado un "palabro" nuevo... "expertismo". Y la cotidianeidad de las aulas me hace no gozar ya de mi status de profe vacacionero. Por eso ni siquiera me voy a preocupar por buscarla en el diccionario.

El "expertismo" o "expertitis" es esa epidemia que le da a un gran se
ctor del profesorado en cuanto llevan medio año trabajando, que consiste en creerse ya un experto (y por tanto intocable) en la materia. El problema de esta enfermedad es que es altamente contagiosa, y que uno se da cuenta rápidamente que es incompatible con el "padrismo" o "padritis" (tener en consideración a los padres de la criatura con que trabajamos) o con algo mucho peor, el "administracionismo agudo de estómago", que hay que tener estómago para tragarlo, por consistir en estar de acuerdo con la administración.

Por eso un gran número de nosotros y nosotras decide "motu propio" que se le pegue esa enfermedad, algo así como hace uno con la varicela cuando es pequeño, que es mejor pasarla cuanto antes. Y al igual que ésta, deja marcados nuestros genes para siempre. Muchos de nuestros colegas piensan que es preferible un "mal menor" para toda la vida, que las otras dos enfermedades antes descritas, mucho más fulminantes.

----- (Compañero visiblemente feliz
porque comienza su expertitismo)

Ocurre que cuando uno lleva tres meses (no hace falta mucho más) empiezan a olvidársele los sueños de juventud, la adolescencia... es el primer síntoma (similar al alzheimer). Seguidamente, si uno es padre o madre automáticamente se le olvida también este papel, y el de ser de izquierdas, o de derechas, o creer en algo en la vida. Aquí la cosa empieza a agravarse.

Más adelante, cuando uno tiene sus primeros encuentros con las familias y con la administración, puesto que suele suceder que éstos contagian la "padritis" y el "administracionismo", uno decide mucho más pegarse a aquéllos que han sido aceptados por la sociedad a pesar de que su expertismo les haría merecedores de un buen psiquiátrico.

Por otra parte, suele suceder que en cuanto uno acude a uno de esos
utilísimos curso sobre "Las TIC, los espermatozoides en Australia y su didáctica"... ya la cosa llega a su apogeo. "Encima, me formo para ser aún más experto", "¿Y luego va a venir un padre, una madre o la administración a decirme a mí lo que tengo que hacer?".

Los daños colaterales que provoca esta enfermedad son la soledad, la tristeza, el desamparo, la monotonía, el aburrimiento y la desidia... todos ellos males menores comparados con la padritis y el administracionismo.


(Algunos insignificantes
daños colaterales)

Por eso si alguien sigue siendo tan suicida como para pensar que es mejor no caer en el expertismo sepa que no me hago responsable de lo que voy a decir a continuación.

EL TRATAMIENTO PARA EL EXPERTISMO CONSISTE EN

SABER ESCUCHAR Y SABER DIALOGAR,

duras palabras para cualquier experto como nosotros.

Ustedes verán lo que hacen.

Yo me lavo las manos si luego son tan ruines de llevarse bien con su alumnado, sus familias o con alguien que medianamente pertenezca
a la administración o sea un cargo superior.



jueves, 18 de enero de 2007

Ese no es nuestro ambito (y II)

Me parece muy fructífero este debate y me motiva a seguir... continuemos desde este foro reflexionando en voz alta.

Creo que va siendo hora de ir aterrizando en el ámbito educativo y en el contexto de ese comentario ("ese no es nuestro ámbito"), ya que mis dos ejemplos anteriores quizá resulten demasiado abstractos.

"Ese no es nuestro ámbito" también dijo el "broker" de wall street junto al alto ejecutivo cuando dos mil familias iban al paro sin subsidio de ningún tipo a causa de una fusión de empresas. Su ámbito era hacer dinero, no los problemas sociales.

"Ese no es nuestro ámbito" debieron decir aquéllos titulados superiores estadounidenses a los que se preguntó dónde estaba situada España y dijeron: "¿en México?". Grandes médicos, seguramente de Houston (donde únicamente hay buenos médicos, al parecer) pero por lo demás...

Y "ese no es nuestro ámbito" dijo aquél profesor de Sociales de 3º de ESO cuando descubrió hacia el final de curso que sus alumnos no sabían que significaba la palabra "cronología", y no eran capaces de entender dos frases seguidas del libro de texto. "Eso es cosa de los de lengua", debió pensar, o de esos profesores y centros que el niño o niña ha tenido hasta ahora. Los de la U Universidad, que cada vez los de Bachillerato salen peor, los de Bachillerato, que la culpa la tiene la ESO, los de la ESO porque en Primaria no enseñan (los aprueban por la cara) y los de Primaria a los de Infantil porque no han adquirido hábitos. Y los de infantil, finalmente... A LA MADRE QUE LOS PARIÓ (a los niños) por lo mismo (por haberlos parido).

De nadie es el ámbito solucionar la "falta de base" de la que siempre, constantemente y en todos los contextos, nos quejamos los profesores, que ni siquiera somos capaces de definir qué es eso de la base.

Repasemos cuáles son nuestras funciones como profesores, como tutores, como miembros de un Claustro, un Consejo Escolar, cuáles son los objetivos de la Secundaria Obligatoria e incluso los objetivos generales de nuestra asignatura... y veremos cómo solo algunos de esos objetivos se refieren a los contenidos de nuestra asignatura. Otros se refieren al respeto, la convivencia, la interdisciplinariedad, la atención a la diversidad, la conciencia crítica, la autonomía, la toma de decisiones, la ciudadanía, la educación en valores... Si nos ceñimos a nuestra especialidad, no tengo ninguna duda de que un CD-ROM o Internet puede transmitir muchísimo más y mejor de lo que yo pudiera siquiera soñar. Por tanto, ¿cuál es mi función en el mundo?

Si todos miramos hacia otro lado cuando damos un paso fuera de nuestro aula, ¿quién va a tirar la primera piedra contra este podrido, maltrecho y nauseabundo sistema educativo que hace aguas por todas partes? ¿La solución es encerrarnos?

Todos necesitamos una especialidad para sobrevivir, para tener un sueldo a final de mes y sobre todo para poder justificarlo de forma concreta... pero lo que hoy en día (más que nunca) necesitan nuestros alumnos es superar erudiciones pedagógicas y Quijotes de aula para ver el mundo en su conjunto, en perspectiva humanista.

Un proyecto que se llama "Ciudades educadoras", que por tanto contiene ya en su título su destino educativo, que incluye acciones formativas en Centros educativos, además de grupos de trabajo de interculturalidad, de coeducación, de medio ambiente, de música, de literatura, Universidades Populares, etc... en el que además cada cual decide su propio grado y nivel de implicación, que puede ir desde el conjunto de una ciudad o municipio hasta actividades concretas de aula... aunque lo dirijan las autoridades municipales... creo definitivamente que SÍ ES MI ÁMBITO.

Todo aquéllo que contiene la palabra "educativo" o "cultural" debiera al menos provocar nuestra curiosidad. Yo sé a ciencia cierta que a tí curiosidad y perspectiva humanística es precisamente lo que te sobra, querido amigo. Por eso creo que debemos intentar extender esa visión a nuestros alumnos y alumnas, nuestros niños y niñas, nuestras personas.

martes, 16 de enero de 2007

Ese no es nuestro ámbito (I)

Querido amigo mío:

Me encanta que hace unos días me hicieras ese comentario ("ese no es nuestro ámbito") porque tanto esta frase como otras muchas por tí dichas suscita en mí toda una serie de reflexiones, como el caso de aquél comentario sobre la evaluación inicial, que ni siquiera sé si recordarás. Siempre tus opiniones resultan reveladoras o invitan a la discusión constructiva, en este caso.

"Ese no es nuestro ámbito". Eso debieron pensar aquél ginecólogo que junto al oftalmólogo y el radiólogo dejaron morir desangrado a un paciente que lo único que tenía era un corte en el brazo. El primero se dedicaba solo a cuestiones femeninas, el segundo a los ojos, el tercero a radiografías... y como no era el ámbito de ninguno de los tres (sino más bien de un ATS o un médico general, en todo caso) dejaron al paciente morir.

"Ese no es nuestro ámbito" dijeron también los cuatro científicos encargados de salvar el planeta, ante la llegada del apocalipsis. Uno era físico, el otro geólogo, un tercero era biólogo y el cuarto astrónomo. Si bien los cuatro estaban de acuerdo en que el mundo se acababa, de ninguno era ámbito ni competencia directa... y el mundo desapareció. El físico decía que él solo explicaba mediante cálculos todo lo que pasaba, pero que sus descubrimientos por sí solos no salvarían el planeta, por lo tanto no era ese su ámbito. El geólogo, que solo con salvar la parte física no sería suficiente, por tanto no era ese su ámbito. El biólogo igual en cuanto a fenómenos naturales, explosiones volcánicas y demás. Y el astrónomo, aunque se dedicaba a todos los planetas en general (y la tierra es un planeta, cosa que Plutón no, por ejemplo) no sabía nada más allá de movimientos interplanetarios, constelaciones y demás... no era su ámbito.


(Continuará muy en breve)

jueves, 11 de enero de 2007

Diálogos para Besugos


Diálogo para prevenir la violencia en la escuela, para la mediación de conflictos,

diálogo con las familias,

diálogo entre agentes sociales,

diálogo con el alumnado y entre el alumnado,

diálogo sobre temáticas sociales,

diálogo igualitario,

diálogo con la Administración,

diálogo entre el profesorado,

diálogo desde Sócrates,

diálogo para participar y para la democracia,

diálogo para prevenir y reflexionar y construir y consensuar,

diálogo entre obreros y empresarios,

diálogos en Naciones Unidas y entre Naciones Des-Unidas,

EL DIÁLOGO COMO SOLUCIÓN



... Y ahora unos señores que representan a la mitad de España DICEN QUE NO HAY QUE DIALOGAR para solucionar un conflicto.


¿Qué podemos esperar después en nuestras aulas, en nuestras escuelas?


miércoles, 3 de enero de 2007

Acabaremos todos a Disciplinazos

Es muy habitual en el ámbito educativo utilizar la palabra "Disciplina". Al menos aquellos que trabajamos directamente con niños y adolescentes la escuchamos constantemente e incluso la utilizamos a menudo.

Por eso ahora, aprovechando las horas ociosas que brindan estas magníficas y archiconocidas "vacaciones del maestro", me he propuesto clarificar su significado

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

Disciplina. (Del lat. disciplīna).

  1. f. Doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral.
  2. f. Arte, facultad o ciencia.
  3. f. Especialmente en la milicia y en los estados eclesiásticos secular y regular, observancia de las leyes y ordenamientos de la profesión o instituto.
  4. f. Instrumento, hecho ordinariamente de cáñamo, con varios ramales, cuyos extremos o canelones son más gruesos, y que sirve para azotar. U. m. en pl.
  5. f. Acción y efecto de disciplinar.

~ eclesiástica

  1. f. Conjunto de las disposiciones morales y canónicas de la Iglesia.

Disciplinar1 (Del lat. disciplināris).

  1. adj. Perteneciente o relativo a la disciplina eclesiástica.

Disciplinar2 (De disciplina).

  1. tr. Instruir, enseñar a alguien su profesión, dándole lecciones.
  2. tr. Azotar, dar disciplinazos por mortificación o por castigo. U. t. c. prnl.
  3. tr. Imponer, hacer guardar la disciplina (observancia de las leyes).

Disciplinazo

  1. m. Golpe dado con las disciplinas.

A la luz siempre clarificadora del Diccionario de la RALE, la única acepción que se acerca al ámbito educativo es "instruir, enseñar a alguien dándole lecciones". Ahora bien, revísense los puntos de vista de cada uno en cuanto a la educación, pues si bien en otros tiempos la función del profesor era "dar lecciones", yo creo que ahora hay que superar esa visión, buscando que las lecciones sean construidas por el propio alumnado, que aprendan por sí mismos, entre sí, interactuando con todos los adultos que sea posible, con toda esa realidad cercana a su alcance, con el profesor o profesora también...

Si no (así nos luce el pelo) estamos condenados a acabar a disciplinazos unos con otros (véase definición de este extraño palabro más arriba).

Sinceramente pienso que las auténticas lecciones las da el alumnado, las familias, la sociedad en su conjunto al profesor, y no a la inversa.

Me voy a proponer seriamente eliminar de mi vocabulario esta palabra... horrible intuía que era desde hace tiempo. Ahora lo confirmo.

Piénsenlo.