jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Qué desea tomar?

Lo de los espacios de paz, bi-tri-cuatri-lingüismos, multiordenadores, deportes, aperturas y coeducaciones se parece cada vez más a una especie de PROYECTOS A LA CARTA, en los que solamente se puede pedir lo que la amplia carta del Restaurante de la Administración nos permite elegir.

Imaginemos la situación...

Administración (Ad.) - ¿Qué desea ustéd tomar?

Centro educativo (Ce.)- Desearía una ración de lomo a la plancha

Ad. - Verá... es que eso me temo que va a ser imposible

Ce.- Pero ¿por qué? Es bastante habitual el lomo a la plancha. No le he pedido ostras, caviar, ni carne de pato con relleno de avestruz... Creo que no estoy pidiendo nada del otro mundo.

Ad.- Pues sí... probablemente será así, pero es imposible que le traigamos lomo a la plancha. Aquí solamente ofrecemos pescado. Eso sí, una gran variedad y calidad de pescado y marisco: gambas, chipirones, cazón, chopitos, merluza, bogavante, centollo, mero, gallo... y alguno más que ahora no recuerdo. ¿Le traigo la carta?

Ce.- Es que... hay un pequeño problema... mi médico dice que tengo alto el ácido úrico, y que no es conveniente que tome pescado, aunque sea de gran calidad, ya que mi salud peligra.

Ad.- Pues siempre puede usted ir a otro restaurante.

Ce.- Sí... si fuera así de fácil, pero no hay otro restaurante disponible hasta el pueblo de al lado, y mi empresa me obliga además a comer aquí a diario.

Ad.- Pues ustéd dirá.

Ce.- Bueno... no sé... tráigame unas almejillas y las pruebo... Total, eso no tiene mucho alimento, espero que no me sienten mal..


(Después de un rato)...

Ce.- Mmmmmm... Era cierto que su pescado tiene una gran calidad, pero... me encuentro algo mareado y me duele el dedo gordo del pie. Intente traer carne para mañana, se lo ruego. Debo comer aquí durante 16 años.

Ad.- Ya sabe usted que eso que pide es imposible. Además, con la calidad que tiene nuestro pescado... Déjelo en nuestras manos, nosotros sabemos lo que es conveniente para usted, hasta mañana.

(Y así fue pasando el tiempo y la salud del cliente se iba agravando, mientras que el restaurante nunca ofreció otra cosa que no fuera pescado... Finalmente, el cliente falleció, no a los 16 años... duró un par de años más hecho polvo, sin siquiera fuerzas para acudir al resturante).


Leyenda aclaratoria:

El restaurante es la administración, el cliente es el alumno (y el profesorado, y los centros que conocen sus propias necesidades), la carta son esa serie de proyectos muy buenos y muy necesarios pero que no se adaptan a la realidad de cada centro educativo. Dan muy buena fama al restaurante, nada más. No nos dejemos morir...



------> Ya puestos, podríamos poner las aulas así.
Resultaría menos hipócrita.