sábado, 26 de diciembre de 2009

La fuerza del optimismo

No, no, querido lector. Esta no es una reseña del libro de Luis Rojas Marcos que lleva por título "La fuerza del optimismo". Lo cierto es por lo poco que he leído de este hombre y lo poco que le he escuchado en televisión, me parece bastante interesante lo que dice, pero mi desconfianza hacia la psicología y la psiquiatría, sobre todo cuando se trata de cuestiones educativas, es más fuerte que cualquier interés hacia este hombre.

Por otra parte, la intención de este post es acabar el año de un modo algo mejor que con el anterior. Cuando, allá por septiembre (es verdad, no actualizo demasiado) escribí sobre la autoridad, estaba la cosa realmente
"calentita" en cuanto a disciplinas, crucifijos... y andaba un servidor alteradillo con dichas cuestiones. Y no. Estas no son formas de terminar el año y empezar 2010.

Mucho más de acuerdo estoy con
Miguel Ángel Santos Guerra y su artículo "Invitación al optimismo". Optimismo imprescindible a la hora de abordar cualquier cuestión
educativa, y optimismo imprescindible en la vida.

Si no fuera por el optimismo, no seríamos capaces de reinventar cada día, de afrontarlo con nueva ilusión, nuevas ganas, nueva fuerza.

El optimismo, y la firme creencia de que las cosas pueden ser mejor de lo que son, y nosotras y nosotros podemos hacer algo al respecto, mediante la utilización nues
tro mínimo de poder, como diría Freire.

El optimismo, y la fé en las personas que nos rodean, en nuestra familia, nuestros amigos, las personas con quienes nos vamos cruzando en la vida, en el aula, en el centro...

El optimismo y la capacidad de superar las dificultades, de saltar cada bache, ca
da obstáculo que encontramos en el camino, pensando que aunque nos duela, nos hará más fuertes...

Optimismo porque aunque se necesiten tal vez mil vidas y mil generaciones para arreglar este mundo, no podemos ni debemos detenernos en el intento.


Optimismo en tí, en mí, en los ojos de una niña, de un niño.


Feliz navidad, felices fiestas, felices vacaciones (quien las tenga), feliz fin de año/entrada de año, feliz solsticio de invierno... que cada cual coja la expresión que le interese.


Nos seguimos viendo en 2010.