jueves, 19 de abril de 2007

Mil y una vidas (I)

Los días se van. El tiempo se escapa.

Necesito diez o quince vidas para visitar todos los rincones del mundo, para conocer a todas las gentes del mundo, para hablar con ellos y con ellas y conocer sus costumbres, su forma de vida, sus problemas, sus inquietudes, sus habilidades... para dialogar...

Necesito conocer todas las formas de expresión del ser humano, todas sus formas de relacionarse, todas sus formas de comunicarse. Necesito su música, su arte, su inspiración...

Me harían falta siete u ocho siglos para empaparme bien de la ciencia, las humanidades, las habilidades y el movimiento, y alcanzar a explicar por fin algún hecho por completo.

Por favor... el tiempo apremia, y lo que tenemos delante cada día son personas que nos necesitan, que nos escuchan, que empiezan a compartir, a dialogar y a vivir.

Sigamos aprendiendo y hagamos que los demás sigan aprendiendo...

Es el mejor regalo que les podemos hacer...

Merece la pena intentarlo...

Desde YA...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho lo que dices, porque aunque digas que no tenemos mas vida que ésta y que nos faltarían más para poder conocer todas las formas de expresión, tu blog se llena de una jodida melancolía que se puede sumar y seguir diciendo que la vida es un maravilloso inacabado boceto lleno de tachones y que el tippex que utilizamos no suele ser tan blanco. Aun así es un síntoma de humanidad y un gesto por tu parte dejarnos un aliento de esperanza, porque si hemos entendido esto y hemos aprendido algo, sabremos que en cada impulso podemos empezar, y que no hay más cojones que darnos cuenta de que merece la pena intentarlo.

uno que no sabe cantar