jueves, 13 de diciembre de 2007

El polilla educativo



Uno se entera, así, de rebote... de que a los guardia civiles inexpertos se les envía al sur de Francia, a luchar contra la infraestructura de toda una banda terrorista... Porque, como se indica en este artículo, Fernando Trapero, era todavía un "Polilla", recién salido de su periodo de formación.


Y claro... el equivalente con la educación es bastante obvio.

¿Quiénes se quedan con los peores grupos, los peores horarios, los cargos que nadie quiere...?

¿Con qué derecho reclamamos después resultados?

Cada día, en la práctica totalidad de los centros educativos, hay un polilla educativo que se va muriendo, se va quemando por culpa de la insolidaridad, la soledad, la desidia y la fuerza de un sistema que te lleva con camisa de fuerza y en volandas, como en una riada catastrófica.

Cada día hay un polilla que se muere en un centro educativo porque se convierte en muerto viviente... y viene al centro a morir cada día (véase esta entrada antigua).

Y mientras tanto, ¿quiénes son los más perjudicados?

Como dice Miguel Ángel Santos Guerra, la única diferencia entre un cadáver y un cadáver educativo es que este último "no huele", pero ¿hay algo peor que no querer aprender nada a lo largo de la vida de una persona? ¿hay algo peor que el rechazo a todo tipo de conocimiento?

Tal vez podría ser (en otro mundo, en otro universo educativo) que enviásemos a los más dotados, los más preparados, los DE VERDAD innovadores, los DE VERDAD comprometidos... para atender a los que más los necesitan: los alumnos y alumnas que no son de clase media, ni blancos, ni católicos, ni varones, ni españoles...

Debería ser, del mismo modo, un guardia civil preparado, especializado, con años de experiencia y formación en el tema y sobre todo muy bien pagado quien fuera al sur de Francia para luchar contra ETA. ç

NUNCA OTRA PERSONA...





NO MÁS CADÁVERES DEL TIPO QUE SEAN



1 comentario:

Unknown dijo...

Querido profesor desde tu escuela:

Aunque tu reflexión me parece muy interesante, y la metáfora con los guardia civiles asesinados tristemente oportuna, en gran parte no comparto tu reflexión.

Estoy seguro que en tu escuela o instituto hay más de un profesor experimentado (mejor dicho, con antigüedad en el cuerpo) que no son precisamente los más adecuados para tratar con los grupos difíciles. Siguiendo con tu metáfora, son los tenientes de la guardia civil de Roquetas que utilizan armas antirreglamentarias para matar a personas por culpa de ellas mismas por ir drogadas. ¿Crees que son éstos los mejores para luchar contra ETA o, volviendo a nuestras escuelas, a tratar con el alumnado más difícil y que (ahí coincido contigo, por supuesto), necesita del mejor profesorado?
Por desgracia experiencia no es sinónimo de mejor cualificación, aunque desde luego debiera ayudar a conseguirla, pero ¡ay!, no siempre es así.
En algún momento, quienes nos dedicamos a la enseñanza, decimos basta a seguir poniendo nuestro empeño en nuestro trabajo para con los demás, a veces por condiciones laborales, tal vez porque el alumnado puede ser desagradecido, o sencillamente porque queríamos ser químicos (o músicos, o filólogos...) y acabamos de profesores de química, y nunca llegamos a comprender que una cosa es lo que le exigíamos a nuestros alumnos y otra lo que ellos necesitaban, ni tan siquiera llegamos a oler que nuestra materia, sea cual sea, podía darle mucho a nuestro alumnado, si es que sabíamos organizarla de otra manera y tal vez con unos contenidos distintos. En vez de eso, nos dedicamos a racanear, a reventar las iniciativas de quienes sí quieren trabajar para los chavales,... y eso desde la experiencia.
Por eso, volviendo a tu símil con el asesinato de los dos guardias civiles, creo que deben de ir los mejores a los lugares más difíciles, de mayor responsabilidad y voluntariamente. Los asesinados lo eran, porque no creo que manden a cualquiera a una misión tan delicada, y seguro que ese destino se escogió voluntariamente, nunca por orden de antigüedad. Éste es el tipo de personas que necesitamos en los lugares más delicados también en nuestros centros educativos, y si tienen experiencia, mejor que mejor.
Un abrazo, y a seguir con tu bitácora.