lunes, 31 de marzo de 2008

Mil Gracias, Oriol



Oriol es un profesor joven, muy joven. Vive en mi escuela desde hace un año solamente. Y por esos dos motivos (ser joven y recién llegado) a Oriol le ha tocado impartir Ciudadanía, Cambios sociales y de Género, Patrimonio Cultural de Andalucía y Ética, además de su propia especialidad.

Cualquiera en su lugar hubiera destapado la caja de los truenos con el resto del Claustro o al menos con quienes le han adjudicado tal ensalada de asignaturas. O hubiera optado por seguir fielmente un libro de texto, examinar y no complicarse la vida demasiado.

Sin embargo, Oriol tiene la cualidad de convertir las dificultades en posibilidades, como decía Freire. En cada nueva asignatura ve una posibilidad de enriquecerse a sí mismo y sobre todo a su alumnado. En cada nueva idea que descubre, una nueva actitud. En cada nuevo contenido, una ristra de actividades.

Hay esperanza.


Personas como Oriol demuestran que existe la esperanza de cambiar, la esperanza de que este mundo en que vivimos sea un poco más habitable, un poco más justo, con ciudadanos y ciudadanas (como diría él) que sean capaces de ser felices y hacer felices a los demás, y que sean dueños y dueñas de sus destinos.

En cada nueva lectura, en cada nueva idea que conoce y comparte, se puede observar un profundo deseo de cambio, que extrae a partes iguales de la reflexión intelectual y de su experiencia vital. Dicho de otro modo: aunque no siempre diga lo que siente (es imposible en nuestro universo educativo), sí siente todo lo que dice.

El simple hecho de cuestionarse a sí mismo y a todo lo que le rodea le da esa deseada "distancia epistemológica" que permite sacar conclusiones acertadas, mucho más allá de discursos oficialistas, corporativistas o "de zambomba y pandereta".

Siempre dice que está aprendiendo...

Siempre está escuchando, con ojos y oídos bien abiertos...

Por favor, no dejes nunca de aprender...

Mil Gracias, Oriol, por ayudarme a curar mis heridas.

Nos vemos mañana.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Oriol sigue atento porque tiene muchísimo que aprender; porque, ante la duda y el desconcierto, sabe bien dónde mirar... Porque siempre encuentra soluciones y risas... (Gracias)

(Algún día el aula de la doble puerta azul será mía...)