Soñemos por un momento que nuestra escuela es un lugar de libertad, un centro inagotable de experimentación y de creación.
Soñemos grandes prados, una mansión enorme, un invernadero, una gran biblioteca, animales, árboles... salas de estar y donde estar todo el tiempo que uno quiera.
Soñemos todas las edades, las personas, los habitantes de la cercana ciudad visitándonos constantemente, mostrando lo que hacen e interesándose por lo que hacemos.
Soñemos que todas las creencias puedan tener cabida, que todas las formas de vida aprendan unas de otras, que no haya ni el bien ni el mal, ni el castigo ni el premio, ni el cielo ni el infierno para nadie.
Soñemos que la ciudad entera gira en torno a la escuela, que actúa como impulsora de propuestas, de los sueños de los demás...
Soñemos que la ciencia está hecha a medida de las personas que viven en la escuela, no siendo éstos quiénes deban hacer grandes y absurdos esfuerzos por acercarse a aquélla.
Soñemos que las disciplinas humanísticas son realmente humanas, partiendo de los problemas e inquietudes reales de cada uno de los miembros de la escuela.
Soñemos que las artes se construyen constantemente, pues la vida misma es arte, es música, es sonido, es expresión... la vida es un lienzo sobre el que expresarnos libremente hasta el final de nuestros días.
Soñemos hacer un mundo mejor, empezando por nuestra escuela.
¿Cuándo empezamos?
FELIZ NAVIDAD
Un espacio de reflexión sobre la escuela, mi escuela, tu escuela, que es a la vez todas las escuelas del mundo, procurando acercarnos a aquello que nos conmueve, nos irrita, nos motiva... en ocasiones, un espacio de denuncia, otras veces de ilusión, pensamiento o acción.
miércoles, 26 de diciembre de 2007
jueves, 13 de diciembre de 2007
El polilla educativo
Uno se entera, así, de rebote... de que a los guardia civiles inexpertos se les envía al sur de Francia, a luchar contra la infraestructura de toda una banda terrorista... Porque, como se indica en este artículo, Fernando Trapero, era todavía un "Polilla", recién salido de su periodo de formación.
Y claro... el equivalente con la educación es bastante obvio.
¿Quiénes se quedan con los peores grupos, los peores horarios, los cargos que nadie quiere...?
¿Con qué derecho reclamamos después resultados?
Cada día, en la práctica totalidad de los centros educativos, hay un polilla educativo que se va muriendo, se va quemando por culpa de la insolidaridad, la soledad, la desidia y la fuerza de un sistema que te lleva con camisa de fuerza y en volandas, como en una riada catastrófica.
Cada día hay un polilla que se muere en un centro educativo porque se convierte en muerto viviente... y viene al centro a morir cada día (véase esta entrada antigua).
Y mientras tanto, ¿quiénes son los más perjudicados?
Como dice Miguel Ángel Santos Guerra, la única diferencia entre un cadáver y un cadáver educativo es que este último "no huele", pero ¿hay algo peor que no querer aprender nada a lo largo de la vida de una persona? ¿hay algo peor que el rechazo a todo tipo de conocimiento?
Tal vez podría ser (en otro mundo, en otro universo educativo) que enviásemos a los más dotados, los más preparados, los DE VERDAD innovadores, los DE VERDAD comprometidos... para atender a los que más los necesitan: los alumnos y alumnas que no son de clase media, ni blancos, ni católicos, ni varones, ni españoles...
Debería ser, del mismo modo, un guardia civil preparado, especializado, con años de experiencia y formación en el tema y sobre todo muy bien pagado quien fuera al sur de Francia para luchar contra ETA. ç
NUNCA OTRA PERSONA...
NO MÁS CADÁVERES DEL TIPO QUE SEAN
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