Necesito diez o quince vidas para visitar todos los rincones del mundo, para conocer a todas las gentes del mundo, para hablar con ellos y con ellas y conocer sus costumbres, su forma de vida, sus problemas, sus inquietudes, sus habilidades... para dialogar...
Necesito conocer todas las formas de expresión del ser humano, todas sus formas de relacionarse, todas sus formas de comunicarse. Necesito su música, su arte, su inspiración...
Me harían falta siete u ocho siglos para empaparme bien de la ciencia, las humanidades, las habilidades y el movimiento, y alcanzar a explicar por fin algún hecho por completo.
Por favor... el tiempo apremia, y lo que tenemos delante cada día son personas que nos necesitan, que nos escuchan, que empiezan a compartir, a dialogar y a vivir.
Sigamos aprendiendo y hagamos que los demás sigan aprendiendo...
Es el mejor regalo que les podemos hacer...
Merece la pena intentarlo...
Desde YA...